1 de febrero de 2024
Cuando tratamos aguas residuales, ya sean de áreas residenciales o industriales, resulta esencial someterlas al tratamiento adecuado para eliminar o reducir los contaminantes. Uno de los procesos más ampliamente empleados es la floculación.
Independientemente de si el agua será reutilizada o vertida en el sistema de alcantarillado, es imperativo cumplir con determinados estándares para garantizar que la cantidad de contaminantes que lleguen al entorno ambiental sea mínima. Además del daño al entorno, esto podría tener un impacto generalizado en la salud humana.
Antes de profundizar en este proceso de tratamiento, empecemos por explicar en qué consiste la floculación del agua.
La floculación es un proceso químico que utiliza floculantes para que las sustancias coloidales presentes en el agua se agrupen, decanten y, posteriormente, se filtren.
Por lo general, se habla del proceso de coagulación-floculación, ya que antes de la etapa de floculación se requiere un proceso de coagulación.
En la mayoría de los casos, las partículas pequeñas presentes en las aguas residuales o contaminadas poseen una carga negativa, lo que evita que se atraigan mutuamente. Al agregar productos químicos coagulantes, se equilibran las cargas de las partículas, lo que permite que estas se unan y formen flóculos.
En esta etapa, es necesario llevar a cabo una agitación rápida o una mezcla de alta energía para que el coagulante se distribuya adecuadamente y facilite la colisión entre las partículas. Si el tiempo de mezcla es insuficiente, este paso quedará incompleto y afectará al proceso en su conjunto. Por lo general, el tiempo de contacto adecuado oscila entre uno y tres minutos.
Luego, en la etapa de floculación, se requiere la presencia de un floculante que absorba los flóculos formados y facilite la reducción de los espacios entre ellos. Cuando los flóculos se han unido con el tamaño y el peso adecuados, se produce la sedimentación. Finalmente, los sedimentos se someten a un proceso de filtración.
Como mencionamos anteriormente, la función de los floculantes es neutralizar las cargas electrostáticas presentes en las partículas contaminantes para que estas puedan unirse entre sí.
Desde el punto de vista de su origen, los floculantes pueden clasificarse en las siguientes categorías:
1. Floculantes minerales, que se utilizan principalmente para la precipitación de metales pesados, como el hidróxido de calcio, también conocido como cal hidratada.
2. Floculantes orgánicos, elaborados a partir de productos naturales, como algas o almidones de granos vegetales, entre otros.
3. Floculantes inorgánicos, compuestos por sales metálicas, como hierro o aluminio.
Si se considera la clasificación de los floculantes en función de su carga eléctrica, encontramos la floculación iónica. Los floculantes iónicos son elementos que consisten en tubos de acero, plata o cobre que se conectan a una corriente directa, ya sea positiva o negativa, generando así actividad iónica.
En la actualidad, el proceso de coagulación-floculación es el método más ampliamente utilizado para el tratamiento de aguas residuales e industriales, ya que, cuando se lleva a cabo de manera adecuada, es capaz de eliminar partículas en suspensión, neutralizar olores desagradables, eliminar coloraciones no deseadas y reducir la turbidez del agua. Además, este proceso puede ser eficaz para eliminar bacterias presentes en el agua.
En AQUA Systems Tecnología en Agua, contamos con una amplia experiencia en el diseño, fabricación y puesta en marcha de plantas físico-químicas que operan mediante el proceso de coagulación-floculación, con la incorporación adicional del proceso de clarificación. Este enfoque se utiliza con éxito en el tratamiento de aguas industriales, particularmente en el tratamiento del agua proveniente de líneas de pintura.
Para iniciar este proceso y seleccionar la ruta de tratamiento adecuada, primero llevamos a cabo Pruebas de Jarras, que nos permiten determinar el proceso y la dosificación química necesarios. Esto nos capacita para diseñar plantas que eliminen eficazmente las grasas, la demanda química de oxígeno y los aceites presentes en los efluentes industriales.