12 de marzo de 2024
La desmineralización del agua es un proceso, que como su nombre lo indica, elimina las sales minerales del agua, aniones y cationes. Cuando este proceso necesita ser implementado en una industria, nos enfrentamos al dilema de hacerlo mediante la ósmosis inversa o con las resinas de intercambio iónico.
¿Cuál es el método que conviene más? Cada uno de los sistemas tiene sus características, ventajas y especificaciones. Probablemente, una de las principales diferencias es que la ósmosis inversa no añade ninguna sustancia química y las resinas de intercambio iónico, sí.
La ósmosis inversa es un procedimiento mediante el cual el agua a tratar pasa a través de una membrana y se aplica una fuerza de empuje por arriba de la presión osmótica, pero en dirección opuesta al proceso de ósmosis. Así los sólidos disueltos quedan de un lado de la membrana y la solución baja en sólidos del otro lado.
Las resinas de intercambio iónico, por otro lado, funcionan intercambiando iones y “atrapando” iones como sodio, cloruro, calcio o magnesio con una cantidad equivalente de protones mediante una solución regenerante.
En primer lugar, la ósmosis inversa se emplea para la purificación del agua, la obtención de agua ultrapura y la desalinización, logrando una eliminación de sales superior al 95%. Este proceso es eficaz en la eliminación de moléculas orgánicas, virus y bacterias.
Por otro lado, las resinas de intercambio iónico producen agua desmineralizada con niveles de conductividad muy bajos. Sin embargo, no tienen la capacidad de eliminar virus o bacterias, aunque logran una eliminación de sales superior al 99%.
Como se mencionó anteriormente, la ósmosis inversa no requiere el uso de productos químicos, a menos que el agua a tratar contenga cloro o sufra de incrustaciones. El intercambio iónico, en cambio, se basa en reacciones químicas entre un electrolito insoluble y otro en solución.
Para regenerar las resinas de intercambio iónico, se requiere el uso de sosa y un producto ácido.
El agua obtenida a través de la ósmosis inversa es apta para el consumo humano y para ser utilizada en procesos que requieran agua ultrapura, lo cual no ocurre con el intercambio iónico.
Esto depende completamente de las necesidades del efluente. Si se busca obtener agua de calidad para el consumo humano y ultrapura para industrias como la farmacéutica o de alimentos, la ósmosis inversa es la mejor elección. Sin embargo, si el objetivo principal es desmineralizar el agua, entonces las resinas de intercambio iónico son la solución ideal.